- La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, comenzó a negociar con los empresarios y los sindicatos sobre la transformación: estamos hablando de “altas progresivas”
- El pasado 1 de enero entraron en vigor nuevas reglas para las bajas laborales. La ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, comenzó a negociar con los empresarios y los sindicatos sobre la transformación: estamos hablando de “altas progresivas”
Desde esta perspectiva, se entiende que el gasto en prestaciones por incapacidad temporal, disparado en los últimos años, superando los 14 000 millones de euros en 2023, es un problema para un Gobierno que trata de reforzar las cuentas públicas, por lo que jugarse el cargo ante una decisión judicial que no se le antoja favorable, y antes de que el Tribunal Constitucional resuelva, puede llevarle a anteponer medidas disciplinarias a sus trabajadores la última llamada de atención.
Tras reunirse con la CEOE, CC. OO. y UGT, la ministra explicó que la propuesta gubernamental se apoya en tres ejes principales:
– Duración de la baja: para incapacidad temporal superior a 90 días. La diferenciación entre bajas de corta y larga duración para establecer mecanismos específicos de reincorporación paulatina.
– Reincorporación progresiva: se debate si el tiempo de reincorporación variará según la enfermedad o si se establecerá un período fijo. Asimismo, se pone en estudio la posibilidad de implementar un sistema de reducción de jornada en la fase inicial del regreso al trabajo.
– Listado de patologías: se deberá crear un registro de enfermedades para las cuales se puede aplicar este sistema. Otra afección de este tipo es el cáncer, los accidentes cerebrovasculares, y posiblemente las enfermedades autoinmunes o trastornos músculo-esqueléticos crónicos. También es probable que se añadan enfermedades mentales graves, como la depresión mayor y trastornos de ansiedad. Es recomendable una reincorporación progresiva para evitar recaídas.
El Ministerio de Seguridad Social organizará comités técnicos para acordar los detalles y establecer la salida de los equipos del Ministerio de Sanidad, entre otros, para definir cómo se pondrá en marcha esta decisión colectiva. Por otro lado, se realizarán pruebas piloto en algunos sectores clave para determinar la reacción que tendrá la reforma antes de aplicar esta modificación de manera definitiva.
La ministra ha querido dejar claro que este cambio no debe confundirse con la "baja flexible", un término que generó controversia hace unos meses entre sindicatos y el Ministerio de Trabajo. La reincorporación progresiva solo será posible cuando un médico lo indique expresamente y siempre con el objetivo de beneficiar la salud del trabajador. En este sentido, se evitará que los empleados sean forzados a volver al trabajo antes de estar listos para hacerlo, garantizando que el bienestar del trabajador sea la prioridad.
"En ningún caso una persona podrá trabajar mientras siga de baja. No debemos confundir los términos, ya que esta medida busca ampliar derechos y ofrecer una mejor protección a los empleados", ha declarado la ministra tras la reunión con los agentes sociales.
El fin es que se eviten posibles abusos por parte de las empresas o la aplicación arbitraria de estas nuevas normas, asegurando que la reforma se implemente de manera ética y equilibrada.
El Gobierno argumenta que esta reforma responde a la necesidad de mejorar la gestión de las bajas prolongadas, teniendo en cuenta que el incremento del gasto en prestaciones por incapacidad temporal ha supuesto un gran desafío para la Seguridad Social.
El colapso de las listas de espera en la sanidad pública también ha provocado que muchas bajas se prolonguen más de lo debido. De hecho, el informe elaborado recientemente por el Ministerio de Sanidad ha destacado que el tiempo medio de espera para una consulta con un especialista supera los cien días en algunas comunidades autónomas, un retraso que incide a su vez en el proceso de recuperación y, por ende, en el de reincorporación de los trabajadores.
Desde el punto de vista de las empresas, la CEOE ha mostrado un interés moderado en la medida, destacando que podría ayudar a mejorar la productividad si se gestiona correctamente. Sin embargo, han pedido garantías para que no se convierta en un sistema que imponga más cargas administrativas o económicas a los empleadores. También han solicitado que se analicen modelos de éxito en otros países y se adapten a la realidad del mercado laboral español.
Los sindicatos han recibido la propuesta con cautela. Insisten en que su aplicación debe estar basada en criterios médicos y en garantizar que los trabajadores no se vean obligados a reincorporarse antes de estar completamente recuperados. Además, han advertido sobre la posibilidad de que algunas empresas utilicen esta herramienta para presionar a sus empleados, generando situaciones de inseguridad laboral.
"No queremos que se cree una situación donde un trabajador se sienta obligado a volver antes de tiempo porque teme perder su empleo", ha declarado Unai Sordo, secretario general de CC. OO., subrayando la necesidad de que el proceso de reincorporación se base en decisiones médicas y no en criterios empresariales o económicos.
Por su parte, desde UGT han señalado que, si bien la reincorporación progresiva podría beneficiar a ciertos trabajadores, es fundamental garantizar el mantenimiento de sus derechos y evitar cualquier tipo de precarización laboral.
También han pedido al Gobierno que se refuercen las inspecciones de trabajo para vigilar la correcta aplicación de la medida y evitar posibles abusos. Asimismo, han insistido en la importancia de establecer mecanismos de seguimiento y evaluación, que permitan detectar posibles fallos en la implementación y corregirlos a tiempo.
España no sería el primer país en implementar un modelo de reincorporación gradual. En países como Alemania y Suecia existen sistemas similares, donde los empleados pueden volver a su actividad de manera progresiva, siempre bajo supervisión médica y sin que ello implique una pérdida de derechos laborales.
En Alemania, se usa el Hamburger Modell, los trabajadores que han estado enfermos durante mucho tiempo pueden comenzar a trabajar en un plan de trabajo parcial. Además, los pacientes no pueden trabajar en horarios de trabajo completos, sus empleadores siempre los monitorean para evitar exceso de trabajo. Después de una serie de encuestas, se concluyó que este programa ayuda a recuperarse a los empleados más rápido y también reduce las recaídas.
Además, en Francia, existe un sistema paralelo llamado temps partiel thérapeutique que permite trabajar parcialmente con un empleador, reduciendo la carga de trabajo y el salario. También ayuda a los empleados a recuperarse poco a poco.
El debate sobre la reforma de las bajas laborales sigue abierto y serán necesarias más reuniones entre el Gobierno, sindicatos y empresarios para cerrar los detalles. Lo que está claro es que 2025 traerá cambios importantes en este ámbito.
Fuente: Noticias Jurídicas