- El estudio "Impactos de la Reducción del Tiempo de Trabajo a 37,5 horas semanales en España" analiza los pros y contras de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas aprobada este martes en el Consejo de Ministros
El Gobierno español acaba de aprobar en Consejo de Ministros el anteproyecto de ley para “la reducción de la duración máxima de la jornada ordinaria de trabajo, el registro de jornada y el derecho a la desconexión”. Esta normativa busca mejorar la calidad del empleo y la corresponsabilidad en la vida familiar y laboral mediante la reducción de la jornada laboral máxima semanal de las 40 horas actuales a 37,5.
A pesar de no contar con el apoyo de la patronal, la medida ha sido respaldada por los sindicatos CC. OO. y UGT. Con esta reforma, los trabajadores asalariados a tiempo completo verán reducida su jornada en 2,5 horas semanales, manteniendo el mismo salario. Sin embargo, este cambio plantea una serie de interrogantes sobre cómo afectará al mercado laboral español.
Para los trabajadores a tiempo completo, la principal ventaja de la reforma es la reducción de jornada sin pérdida salarial. Esto mejora la conciliación laboral y personal y da al trabajador mayor calidad de vida al reducir el estrés y brindar más tiempo para la familia o el ocio.
Como el salario se mantiene, el valor de la hora trabajada aumentará, lo que potencialmente incrementará el poder adquisitivo de los trabajadores. Se estima que más de 12,9 millones de trabajadores en España se verán beneficiados por esta reforma. De éstos, más de 10 millones son empleados a tiempo completo y alrededor de 2 millones lo son a tiempo parcial.
La medida tiene especial incidencia en estos últimos porque muchos contratos a tiempo parcial podrían transformarse en contratos a tiempo completo, lo que contribuiría a disminuir la precariedad laboral. Además, el 75 % de trabajos a tiempo parcial son desempeñados por mujeres, lo que puede tener un impacto positivo en la reducción de la brecha de género en el empleo.
Los sectores con jornadas laborales más largas serán los más beneficiados por esta reforma. Según la (EPA), la agricultura, la industria manufacturera, la construcción y el transporte y almacenamiento cuentan con elevados porcentajes de trabajadores que trabajan más de 37,5 horas semanales. Estos sectores experimentarán un cambio positivo en términos de reducción de jornada, mejorando la calidad de vida de sus trabajadores.
Por otro lado, sectores como la educación y la administración pública, que ya tienen jornadas laborales reducidas, verán un impacto más limitado. La reforma será menos significativa en estos ámbitos, pues muchos trabajadores ya se benefician de tiempos laborales más flexibles.
Madrid, La Rioja, Cataluña y Baleares están entre las comunidades más beneficiadas: un alto porcentaje de sus trabajadores supera las 37,5 horas semanales. En cambio, Ceuta, Melilla y País Vasco experimentarán un impacto menor debido a que un porcentaje más alto de su población trabajadora ya tiene jornadas inferiores a las 37,5 horas.
Uno de los mayores desafíos de la reforma es que va a provocar el aumento de los costes laborales. Los trabajadores verán sus jornadas reducidas, pero las empresas no tendrán una disminución proporcional en los salarios que pagan. Este impacto será especialmente notable en las pequeñas y medianas empresas, que podrían tener dificultades para adaptarse a los nuevos requerimientos sin aumentar sus costes operativos.
Un estudio reciente apunta a que los impactos negativos (como ese posible aumento en los costes laborales) son compensados por los ahorros en absentismo y el aumento en la productividad. Además, sectores como el comercio, la hostelería y la sanidad, donde los turnos largos son comunes, podrían tener problemas para reorganizar sus horarios sin contratar más personal.
Aunque se prevé que la reducción de jornada cree empleo, la cifra no sería significativa. Sin embargo, hay estimaciones de que una semana laboral de 4 días (32 horas) generaría entre 743 118 y 850 549 nuevos puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. Esto reduciría la tasa de paro hasta 3,9 puntos porcentuales.
En definitiva, con las 37,5 horas semanales, el mercado laboral español se enfrentará a una tensión entre los beneficios sociales y los retos económicos que surgen de esta iniciativa.
El anteproyecto de ley contempla otras medidas que complementan a la de reducción de la jornada:
La implementación de un registro digital objetivo, fiable y accesible de la jornada de trabajo, que permita garantizar su cumplimiento efectivo y evitar las horas extraordinarias no remuneradas. Deberá estar disponible de forma remota para la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y para la representación de las personas trabajadoras.
El establecimiento de un régimen sancionador si se incumple el registro de jornada. Se considerará una infracción por cada persona trabajadora afectada por la falta de registro o el falseamiento de los datos.
La configuración como irrenunciable del derecho a la desconexión digital, una medida que, hasta el momento, aunque existente ha sido más aparente que real.
El éxito de la reforma dependerá de cómo se implemente. Las empresas necesitarán tiempo para adaptarse a las nuevas condiciones de la jornada laboral, lo que requiere un periodo de transición escalonado. En cualquier caso, el anteproyecto de ley contempla que:
“Las comisiones negociadoras de los convenios colectivos que a la entrada en vigor de esta norma contemplen una jornada superior a las treinta y siete horas y media semanales de promedio anual dispondrán de un plazo hasta 31 de diciembre de 2025 para realizar las adaptaciones necesarias que aseguren el cumplimiento de lo previsto en esta norma, en particular, lo establecido respecto a la jornada ordinaria de trabajo máxima en el artículo 3 de este Ley”.
Antes de que el anteproyecto pueda entrar en vigor, deberá pasar por el Consejo de Estado y el Consejo Económico y Social de España. Entonces volverá al Consejo de Ministros como proyecto de ley para luego entrar a votación en el Congreso de los Diputados. Allí los grupos parlamentarios podrían introducir enmiendas antes de su aprobación definitiva
La reducción de la jornada laboral máxima va a beneficiar a la mayoría de las personas trabajadoras, mejorando su calidad de vida y su poder adquisitivo por hora trabajada. Sin embargo, el impacto en el mercado laboral español será diverso, con algunos sectores enfrentando mayores retos que otros.
Es probable que, en un primer momento, los sectores más afectados sean aquellos con mayores costes laborales. La supervisión será esencial para evitar que algunas empresas intenten compensar la reducción de horas con una mayor carga de trabajo, lo que podría generar más estrés y condiciones precarias para los trabajadores.
La clave estará en encontrar un equilibrio entre la protección de los derechos laborales y la viabilidad económica de las empresas. Pero, teniendo en cuenta experiencias de otros países y proyectos piloto, si se implementan medidas de apoyo y adaptación, los beneficios a largo plazo serían positivos.
Fuente: Onda Cero