- Los márgenes comerciales y los costes laborales son los principales retos que afrontarán las empresas en 2025. Además, perciben un deterioro del riesgo de crédito de sus clientes
La economía española sigue creciendo y todo apunta a que seguirá haciéndolo en 2025. Así pues, con una Unión Europea deprimida y que parece que no logra arrancar, España emerge como motor económico de la zona euro.
De acuerdo con el análisis de Coface, nuestro país acabará 2024 con un incremento del PIB del 3,0%, mientras que para 2025 se augura un crecimiento por encima del 2%.
La aseguradora remarca que esta previsión es superior a la esperada para el resto de las grandes economías europeas. La diferencia es especialmente significativa respecto a Alemania, que este ejercicio se contraerá un 0,2% por segundo año consecutivo, volviendo a crecer en 2025, pero apenas un 0,4%.
Sin embargo, la incierta evolución del entorno económico —en el que se agolpan factores como la desaceleración de China, la confrontación comercial y tecnológica de aquel país y Estados Unidos, los conflictos geopolíticos…— es la principal preocupación de las empresas españolas para 2025.
Según la oleada de otoño del ‘Estudio de la gestión del riesgo de crédito en España’, elaborado por Crédito y Caución e Iberinform, el 46% de las compañías consultadas en nuestro país creen que el contexto general, marcado por el bajo crecimiento, es uno de los principales retos para hacer negocios.
También destacan otros factores muy vinculados con este contexto general, como unos márgenes comerciales insuficientes (39% de las empresas), los excesivos costes laborales (37%), la dificultad para captar clientes (33%), el incremento de la competencia (29%), la carga burocrática (28%), los costes de producción (26%), el entorno legislativo (16%), el acceso a la financiación (12%) o la morosidad (10%).
El estudio desvela que el impacto de la inflación y de los niveles de tipos de interés se ha moderado en 2024, como respuesta lógica ante la atenuación del incremento de los precios y la mayor flexibilidad de la política monetaria en el último año.
Pese a ello, el 95% de las empresas consultadas reconocen algún tipo de impacto de la inflación en su operativa. Las principales repercusiones se aprecian sobre la estructura de costes, lo que puede afectar a las capacidades para operar de forma rentable de muchas empresas. Así, más de la mitad de las organizaciones dicen estar viendo incrementados sus costes laborales (51%) o sus costes de aprovisionamiento (55%).
Crédito y Caución e Iberinform indican que una de las opciones que tienen las empresas para compensar estos aumentos de costes es el incremento de los precios finales, con el fin de proteger los márgenes comerciales.
Sin embargo, advierten que dicha estrategia es arriesgada, debido a factores como la reducción del poder adquisitivo de los clientes o la elasticidad de la demanda.
De este modo, el estudio pone de manifiesto que el contexto de contención de la demanda está obligando a dos tercios de las compañías (66%) a absorber el impacto de los nuevos costes, lo que implica una pérdida de rentabilidad y una reducción de sus márgenes comerciales.
Los autores del informe avisan de que esta caída de los márgenes comerciales en un contexto de desaceleración de la actividad, combinado con un encarecimiento de los costes financieros, afecta decisivamente al riesgo comercial.
De hecho, casi una cuarta parte de las empresas encuestadas (23%) perciben un deterioro del riesgo de crédito de sus clientes a causa de la inflación.
Al hilo de ello, hace poco contábamos que el 24% de las empresas españolas han tenido que afrontar impagos significativos este año.
Para hacer frente a esta evolución, 1 de cada 4 organizaciones (25%) se ha visto obligada a reducir ventas, mientras que un 8% de ellas han renunciado a determinados clientes.
Otro factor que ha lastrado a las empresas en los últimos años ha sido el alza de los tipos de interés. La progresiva flexibilización de la política monetaria que hemos vivido a lo largo del año ha hecho que el porcentaje de empresas que mencionan los efectos de los costes financieros sobre la solvencia y liquidez de sus clientes se haya reducido en 14 puntos porcentuales respecto a los niveles de hace un año.
Así, el 62% de las compañías prevén que los tipos de interés afecten a sus propias capacidades para acceder a financiación, pero sólo el 8% del tejido empresarial espera que el impacto sea alto.
Con la vista puesta en 2025, los expertos de Coface prevén que los tipos de interés bajen alrededor del 2% en la zona euro a finales de año.
Sin embargo, recalcan que esta política monetaria más laxa para 2025 dará lugar a unas políticas fiscales más restrictivas que tendrán un efecto adverso sobre el crecimiento en la gran mayoría de los países.
En este sentido, adelantan que lo que se verá en Europa en 2025 será un policiy mix entre política monetaria y fiscal que no va a ser favorable, sobre todo en algunos países que podrían ser restrictivos con los impuestos, como Francia e Italia, que cuentan actualmente con déficits muy elevados.
Fuente: Emprendedores